El Tao de la vida cotidiana

El Tao de la vida cotidiana El Tao de la vida cotidianaMe gustaría compartir algunos consejos de gran utilidad para el desarrollo personal. El sistema taoísta para el desarrollo interior es una disciplina mental en la que cada pensamiento responde sólo al Tao, la unidad del universo. Los pensamientos de la mayoría de las personas ¿fluyen con el Tao? No, porque sólo piensan en trivialidades de la vida cotidiana, y luego se preguntan por qué se sienten tan preocupadas e infelices.
De seguir así, ¿podrán hallar algún día la felicidad? No, ya que la existencia humana es una inagotable fuente de problemas. Incluso durante la meditación, si rememoras tus actividades y preocupaciones, éstas aparecen de nuevo. ¿Cuál es el método para alcanzar la paz perdurable y la armonía en la vida? No es otro que trabajar continuamente para alcanzar el nivel espiritual, aunque no lo hayas experimentado nunca.

El Tao es la fuerza del universo. Incluye a todos los dioses, deidades, seres divinos, almas y espíritus. Ello significa que todas las cosas están enraizadas en el Tao. Aquel que se une al Tao se une también a la fuerza del universo. Unirse al Tao es llegar a ser el Tao, nada hay más allá de ti, el Tao llena toda tu mente.

En el ámbito de la vida puede que los individuos mueran y se transformen en otras materias, pero el Tao no varía, porque es el propio cambio. Sólo aquello que no se convierte en otra cosa puede ser el Tao absoluto. El Tao es la raíz de todo, pero todo no es el Tao. Ser algo implica estar formado, limitado, manifestado y definido. Aquello que no está limitado, definido o formado es el Tao.

Dedicar tu valiosa mente a las preocupaciones es desperdiciarla. Es cierto que las personas realizadas saben que no hay nada más allá del Tao, incluyendo las trivialidades de la vida cotidiana. Sin embargo, nunca se arrepienten de nada, ni tampoco se apegan a nada.

Así que no te pierdas en los detalles de la vida. En tu vida siempre habrá algunas cosas que te guste o no hacer, pero siempre representan un pequeño aspecto de ella. La vida es un todo, sólo si te apegas a los pedazos te vuelves limitado, superficial y parcial. No dejes que tu vida quede fragmentada por tus intereses mundanos. No vivas para ellos y dejarás de fragmentarte.

Una persona en armonía con el Tao alcanza la plenitud porque abraza la plenitud del Tao, no una imagen de Dios, ni la doctrina de una senda espiritual, ni la vida, ni la muerte, ni nada que ocupe la mente. Al armonizarte con el Tao fluyes con la fuerza universal.

Sé alguien con fuerza, y no una persona que socava su vida con pensamientos, actitudes y conducta destructivos. Sé una persona que no llega a “robarse a sí misma”. El Tao no puede enseñarse a las personas corrientes porque guardan un ladrón en su mente. Están atadas a la ignorancia y a las limitaciones de sus propios caprichos. Una persona unida al Tao atesora sólo el Tao y dedica únicamente su atención al Tao.

Presumimos a menudo de estar unidos al Tao, o de ser amigos del Tao. Pero, en realidad, todos somos hijos del Tao. Si decimos ser vástagos de una determinada persona o familia, nosotros mismos nos seccionamos de la gran raíz del Tao. Aunque nacemos de otros, son sólo seres humanos, y no la fuente de la vida. Es decir, a menos que el ser humano no reconozca con claridad la fuente de su vida, se desvitalizará ciegamente al convertirse en un ladrón “que se roba a sí mismo”.

Podemos preguntarnos: ¿es Dios la fuente? Si es así, debe tener alguna forma. Y si la posee, no se diferencia de nosotros, tan sólo es uno de los hijos. El Tao es la fuente última, el origen no creado de todas las cosas. Las cosas creadas sólo pueden cambiar o volverse a formar. No hay un creador del universo, ni una determinada estructura o leyes que existieran de antemano, tan sólo había la energía primordial. Las cosas se manifestaron a través de la espontaneidad. La espontaneidad es la manifestación de lo vivo. La rigidez, la manifestación de la muerte.

La ruina del ser humano fue perder su naturalidad. ¿Cómo sucedió? Empezó al construirse un mundo artificial lleno de conceptos. Puede que la gente pregunte: “Si el hombre está hecho para ser natural, ¿por qué preocuparse de vestirse?”. De hecho, la ropa es una extensión natural de nuestra piel. No es la ropa lo que es malo o artificial, sino el exceso de materialismo. Todo lo que sea una buena expresión de la espontaneidad es correcto. Desgraciadamente, en la actualidad las personas han perdido la espontaneidad natural como resultado de vivir inmersos en la rivalidad y competividad de la sociedad moderna.

El Tao es realmente sencillo, son las personas las que lo hacen complicado. Deben despertar de las complicaciones que se han creado y atreverse a llevar una vida natural, sencilla y auténtica.

El Tao de la vida cotidiana.
Una guía para el pleno desarrollo personal.
Hua-Ching Ni.
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