Más Platón y menos Prozac

Mas platon y menos prozac Más Platón y menos ProzacTodo el mundo tiene una filosofía de la vida pero pocos de nosotros gozamos del privilegio o el tiempo libre necesario para sentarnos a esclarecer sutilezas. Tendemos a irlo haciendo sobre la marcha. La experiencia es una gran maestra, pero también precisamos reflexionar sobre nuestras experiencias.Necesitamos pensar con una postura crítica, buscando pautas de conducta y situándolo todo en el contexto general para abrirnos camino en la vida. Comprender nuestra propia filosofía puede ayudarnos a evitar, resolver o abordar muchos problemas. Nuestra filosofía también puede ser el origen de los problemas que padecemos, de modo que debemos evaluar las ideas que sostenemos para modelar un punto de vista que obre a favor nuestro, no en contra. Usted es capaz de cambiar sus creencias para resolver un problema, y este libro le enseñará cómo hacerlo.

Pese a la fama que ostenta, la filosofía no tiene por qué resultar intimidante, aburrida o incomprensible. Gran parte de lo que se ha escrito sobre el tema a lo largo de los años sin duda encaja en una o más de estas categorías pero, en el fondo, la filosofía investiga las cuestiones que todos nos preguntamos: ¿Qué es una buena vida? ¿Qué es el bien? ¿En qué consiste la vida? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué debería obrar correctamente? ¿Qué significa obrar correctamente? No son preguntas fáciles, y sus respuestas tampoco lo son; de lo contrario, no seguiríamos dándoles vueltas una y otra vez. Dos personas distintas nunca llegarán automáticamente a las mismas respuestas. No obstante, todos contamos con un conjunto de principios como punto de partida, tanto si somos conscientes de ellos y podemos enumerarlos como si no.

Lo mejor de disponer de miles de años de pensamiento en los que inspirarse es que muchas de las mentes más sabias de la historia han profundizado en estos asuntos y nos han cedido un legado de ideas y directrices que cabe aprovechar. Ahora bien, la filosofía también es algo personal: usted también es filósofo. Tome cuanto pueda aprender de otras fuentes, pero si lo que quiere es encontrar una forma de ver el mundo que le dé resultado, tendrá que tomarse la molestia de pensar por su cuenta. La buena noticia es que, con el debido incentivo, usted es perfectamente capaz de pensar por sí mismo.

Si usted viniera a verme, tal vez le comentaría los planteamientos de Kierkegaard para enfrentarse a la muerte, las ideas de Ayn Rand sobre las virtudes del egoísmo o el consejo de Aristóteles de perseguir la razón y la moderación en todas las cosas. Quizás estudiaríamos teoría de la toma de decisiones, el Yijing o I Ching (Libro de las Mutaciones) o la teoría de la necesidad de Kant. En función de su problema, examinaríamos las ideas de los filósofos que mejor se apliquen a su caso, aquellas con las que usted se sintiera más cómodo. Hay personas que gustan del enfoque autoritario de Hobbes, por ejemplo, mientras que otras responden a planteamientos más intuitivos, como el de Laozi o Lao Tse. Quizás exploraríamos dichas filosofías en profundidad, aunque lo más probable sería que usted tuviera su propio esquema filosófico y que deseara expresarlo con más claridad. Yo actuaría como un guía para sacar a la superficie e iluminar sus propias ideas y, posiblemente, para sugerirle otras nuevas.

Lo que obtendría después de abordar desde una óptica filosófica el asunto que le atañera sería una forma duradera, profundamente arraigada e imparcial, de hacer frente a cualquier obstáculo que surja en su camino, ahora y en el futuro. Encontraría esta verdadera tranquilidad de espíritu mediante la contemplación, no con medicamentos. Platón sí, Prozac no. Ello exige pensar con claridad y agudeza, lo cual no está fuera de su alcance.

Más Platón y menos Prozac.
Lou Marinoff.
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