Buscar al Buda

Rinzai Buscar al BudaEn ocasión de una instrucción colectiva, el Maestro dijo:

Lo que necesitan los principiantes de hoy es tener confianza en sí mismos. Cuidaos de buscar fuera de vosotros: caeríais siempre en la trampa de los objetos, vanas polvaredas, y seríais incapaces de discernir en todas las cosas el bien y el mal. No existen el Buda y los patriarcas sino en los vestigios de la enseñanza. Algunos escuchan una frase medio misteriosa y medio evidente, y tienen dudas: se quedan turbados, mirando el cielo y la tierra, y van, muy confundidos, a preguntar a otros. Pero un gran hombre se abstiene de preguntar sobre el soberano y los bandidos, el pro y el contra, la belleza y la riqueza; no ocupa sus días en tales discusiones y vanos propósitos. En lo que a mí concierne, en cuanto alguien llega a mí, monje o laico, lo reconozco a fondo y, venga de dónde venga, no veo en él más que nombres y frases, y otro tanto de sueños y fantasmagorías. Pero en él veo al hombre que puede dominar los objetos y sacar provecho de ellos, eso que constituye la “idea misteriosa” de los Budas. Ese objeto que es el Buda no podría decir de sí mismo: “Yo soy el objeto Buda”. De nuevo y siempre es ese religioso sin apoyo quien saca provecho de tal objeto. Si alguien me pregunta dónde buscar al Buda, le respondo que es un objeto de pureza; si me interroga sobre los Bodhisattvas, respondo que son objetos de compasión; si me consulta sobre la Bodhi respondo que es un objeto de pura maravilla; si me pregunta sobre el Nirvana, respondo que es un objeto de apaciguamiento. Los objetos difieren en diez mil maneras, pero el hombre no difiere en absoluto. Por ello “actualiza las formas en respuesta a los seres, como la luna sobre el agua”.

Adeptos, ¿queréis ser capaces de mostraros corforme a la Ley? ¡Para ello es preciso, en verdad, ser un gran hombre! La debilidad y la complacencia nos vuelven incapaces de tal cosa. Somos como un cuenco rajado, incapaces de conservar la crema. Para ser como un gran cuenco, jamás hay que dejarse engañar por las gentes; hay que ser en todas partes su propio dueño; hay que ser verdadero dondequiera que se esté. ¡No os sometáis a lo exterior! Un solo pensamiento de duda y Mara penetra en vuestro corazón. “La duda, para un Bodhisattva, es la oportunidad de Mara, de los nacimientos y de las muertes”. Sabed únicamente aquietar vuestros pensamientos y no busquéis más fuera; cuando las cosas vengan a vosotros, miradlas. Tened confianza solamente en el que actúa en vosotros al presente, y estaréis sin quehaceres. Si vuestro espíritu, en un solo pensamiento, da nacimiento al Triple mundo, se fragmenta en seis polvaredas, a partir de los objetos y las condiciones. ¿Qué os falta en vuestra actividad actual? En el espacio de un instante, podéis acceder a lo puro y a lo impuro, a la Torre de Maitreya, a los reinos de los Tres Ojos; pero, al vagabundear por todos los sitios, no veáis en ellos sino nombres vacíos.

Buscar al Buda.
Predicaciones y koans del Maestro Zen Rinzai (Lin-tsi).
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